Cuando usted paga impuestos, usted asume que serán usados para apoyar la educación, el cuidado de salud, el transporte público, y otros programas que fortalecen su comunidad. Eso es cierto, pero también lo es esto: parte de su dinero, que fue duramente ganado, podría estar incluido en un pago masivo a una empresa privada de prisiones que se preocupa más por las ganancias que la seguridad pública.